El ojo más entrenado, la mejor selección (La Nación)

Tom Thornbury, director de Keeneland, fue invitado para elegir los productos que se rematarán en la primera jornada de la Copa Bullrich

Por Gustavo S. González

De la Redacción de LA NACION

Antes de empuñar el martillo de los remates con su nueva empresa, Antonio Bullrich cumplió uno de sus sueños: Tom Thornbury, director de ventas asociado de la célebre Keeneland, de Kentucky, seleccionó el grupo de productos que incluirá en los días 1 y 2 de las ventas Copa Bullrich, para caballos nacidos en 2008.
Entonces, el ejecutivo estadounidense paseó su tremendo conocimiento y su amabilidad inclaudicable por unos quince haras argentinos que le mostraron lo mejor que producen estas tierras junto con una notable genética.
Y lo mejor de todo es que el hombre que recorre medio Estados Unidos revisando caballos; el que tiene el ojo y la mente adiestrados en observar los físicos más completos y los pedigrees más ilustres, quedó impresionado. Seleccionó 105 caballos, 82 de los cuales se subastarán el 9 de mayo, la primera jornada. "Es enorme la cultura del caballo que hay en la Argentina, en todos los niveles. Los sangre pura argentinos son aceptados en el mundo", dice Thornbury en la recorrida que compartió con LA NACION por El Paraíso, San Lorenzo de Areco y La Pomme.
Pero esto no es cumplido. "Una de las cuestiones que a veces se dan en la selección es que el criador se ofenda cuando se le dice a qué grupo pertenece su caballo", cuenta Tom. Se sabe: en su país, la calidad de los ejemplares define el primer día del remate. Y así quiere manejarse Bullrich con su remate también. Para eso trajo al experto. "Los compradores del exterior no se quedan más de dos días", asegura Antonio.
Tom está observando un potrillo. Le pide al peón que lo camine. Y llama al cronista. "¿Ves?, tiene una perfecta línea que baja del anca a la pata; es muy elegante cuando camina; está balanceado..." Luego le perdona a una potranca el hecho de que saque un poco la mano izquierda en el paseo. Y hace el gesto de que le palpita el corazón cuando se le presenta un tal Leonardo Da Vinci, hijo de Peintre Celebre e Insinuosa, por Intérprete. "¡Guau! Hay que alejarse para verlo bien", exclama, suspirando. Le pone 6+ en su puntuación, que va del 1 al 6. "El primer criterio de selección es el físico", resalta. Dice que vio más de 100 caballos muy buenos, 75 de ellos excepcionales.
"El mundo de la crianza y las carreras es pequeño y debemos trabajar juntos para que el turf sea bueno en el futuro; ése es el motivo de este trabajo", reflexiona Thornbury. Y revela: "Vine a la Argentina y a Brasil en mis vacaciones, y Keeneland está feliz de permitirme hacerlo por respeto y aprecio hacia los criadores; en primer lugar por los que crían aquí, pero también por los que van a Keeneland".
Sí, hay clientes y negocios que atender, y un trabajo por hacer. Pero Thornbury lo tiñó todo con una calidez que pasó por encima de los números.

PUNTAJES EN SINTONIA

Zenón Martínez Althabe y Matías Villamil, integrantes de Bullrich SA, estuvieron todo el tiempo junto a Thornbury. La humildad de Tom para cotejar sus calificaciones con las de ellos y alegrarse cuando coincidían fue para ponerla en un cuadro.

Foto:Thonrbury examina un potrillo en San Lorenzo de Areco; al lado, un pedigree y los apuntes de un experto