Los Etchechoury se juegan la comida
Por Carlos Delfino De la Redacción de LA NACION
Los hermanos Etchechoury compartieron ayer la mesa durante la ceremonia del sorteo de partidores del Gran Premio Jockey Club. Minutos antes se habían juntado para una sesión de fotos, mientras probaban algunos bocados e intercambiaban bromas. El sábado, en San Isidro, los tres, Juan Carlos, Juan Javier y Carlos Daniel, serán rivales por primera vez en la segunda instancia de la Triple Corona.
Ese día, cada uno atenderá su juego y sólo después de la prueba volverán a surgir comentarios entre ellos sobre la competencia. Estará por verse si alguno gana y recibe las felicitaciones. Lo seguro es que el que más retrasado llegue deberá pagar el almuerzo al día siguiente, en el tradicional encuentro familiar.
Dany presenta tres potrillos, dos de ellos están entre los más indicados, y ofrecerá su testimonio más cerca de la carrera. Sus caballos están entre los que Javier y Carly ven como más bravos. "También está Lingote de Oro, que dicen que anda muy bien", agrega el segundo de éstos, que pondrá en las gateras a Carry Gulch y a Akbar, dos ejemplares que "siempre supe que necesitaban distancia", dice el preparador.
El primero ayer se conoció con Horacio Karamanos, que quedó con una buena impresión del zaino colorado luego de su partida final de 1000 metros. Es el potrillo que fue tercero en el Ensayo, descontando diferencias en el final. Y el otro ocupó idéntico lugar en el Cané, antes de fallar en la Polla, y tendrá su primera experiencia sobre césped.
"El tema principal es tener un buen desarrollo, porque es un clásico abierto, donde la mayoría llega con expectativas. Cuento con dos caballos dóciles y eso va a permitir que sus jockeys puedan ver cómo se presenta la carrera. Akbar es más parejo y posiblemente le convenga moverse más cerca. Carry Gulch tiene un golpe de velocidad que en esta pista se puede aprovechar", comenta Carly, que obtuvo el triunfo en el Jockey Club de 1999, con Asidero, y de 2002, con Peasant.
El primero de éstos lo vivió de cerca Javier, que por entonces trabajaba junto con su hermano mayor. "En ese momento le ensillaba los caballos. Tiempo después me largué solo", recuerda el benjamín de la familia, que en tres días, con Valray, afrontará su primer desafío como entrenador en este gran premio.
"Siquiera en Maroñas pude presentar algún potrillo. Incluso, no era de Grupo 1 cuando estuve radicado en Uruguay", revela, y enseguida detalla: "Valray da ventaja porque no corrió nunca en el pasto, pero lo traje a dar la pasada y lo hice conocer el hipódromo".
Su potrillo terminó tercero en la Polla, jugándose más de lo que Javier quería. "Es apurado. Elegí una gatera de adentro con la idea de que venga escondido. Me gustaría verlo atropellar abierto, aprovechando el golpe de velocidad que tiene", agrega, tan entusiasmado como sus hermanos, y sabiendo que el domingo habrá, de todos modos, festejo familiar.
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