Barry Irwin, el hombre detrás del Team Valor

(Diego Mitagstein / turfdiario.com).

El domingo último, en Maroñas, sucedió un hecho cuya trascendencia quizá la hípica sudamericana comience a entender sólo en algún tiempo. Con los colores del Team Valor, Red Dust ganó el Clásico Ensayo (G2), preparatorio para la Polla de Potrillos (G1), entregándole la primera victoria importante en nuestro continente al emprendimiento que en los Estados Unidos maneja con importante efectividad Barry Irwin.

Team Valor comenzó sus actividades en la formación de sindicatos de propietarios en 1992, tras funcionar durante algunas temporadas bajo el nombre de Clover Racing Stables, chaquetilla que lucieron, entre otros, los ganadores de grupo uno Prized (Kris S.) y Political Ambition (Kirtling).
Irridescence (Caesour), Ipi Tombe (Manshood), Captain Bodgit (Saint Ballado), The Deputy (Petardia), Star of Cozzene (Cozzene), Golden Ballet (Moscow Ballet), Cashier’s Dream (Service Stripe) y Torgau (Ziete) son algunos de los más destacados nombres entre los caballos que manejó Team Valor desde su creación.

Periodista en sus orígenes y luego devenido en agente hípico, Irwin accede a la entrevista con Turf Diario feliz por el contacto y por el buen inicio de sus operaciones en Sudamérica.

-¿Cómo nace la idea de extender Team Valor hacia nuestro continente y por qué comenzar en Uruguay?
-Victor Azambullo y yo nos comunicamos frecuentemente. Es un joven impresionante que a poco de dejar su trabajo en el Stud Book se convirtió en bloodstock agent. Es el ímpetu detrás de Team Valor International en Sudamérica, sobre todo en Uruguay. El y sólo él es responsables de que alcanzara mi punto máximo de interés en Uruguay. Me gusta el entusiasmo que hay allí y Maroñas es un hipódromo muy parecido a los de los Estados Unidos. Todos los hombres vinculados a las carreras allí son muy profesionales. También Steve Haskin, un amigo personal, me comentó sobre las bondades de Uruguay, país que visitó en 2008.

-¿Cuál es el propósito final detrás de este desembarco?
-Me gustaría hacer en Uruguay lo que ya hemos hecho en Sudáfrica, lo que aquí llamamos farm team. Sería como una división que adquiere caballos jóvenes en las ventas por precios razonables, los entrena en un lugar donde los gastos también son razonables para desarrolla caballos con la intención de tomar los mejores y exportarlos hacia los Estados Unidos, aunque en este caso la idea es pasar primero por a Dubai. Hemos tenido extraordinarios aciertos con este trabajo en Sudáfrica, donde con un número limitado de potrillos de un año razonablemente comprados, hemos conseguido ganar carreras de grado uno y campeonas capaces de competir luego con idéntica eficacia en Europa y los Estados Unidos.

-¿Si los resultados prosperan, la idea es extender la operación?
-En algún punto. En un futuro próximo visitaré Uruguay y estableceré el programa a seguir.

-Entonces la idea es tener una franquicia similar a la de Team Valor en los Estados Unidos...
-No en realidad. No tengo ningún proyecto inmediato para establecer una operación en Uruguay, porque haciendo lo que hacemos en casa ya es de por sí muy exigente y requiere empleados de jornada completa y experimentados como yo, que soy capaz no sólo de seleccionar y manejar caballos de carreras, sino de desarrollar a los clientes y servirles. Algo como esto podría pasar un día, pero comenzar con el farm team es el acercamiento es más probable.

-¿Qué es lo que le resultó tan atractivo como para invertir en el mercado sudamericano?
-Los caballos son criados en forma apropiada allí, en el viejo estilo y esto desemboca en ejemplares sanos, una característica que en los Estados Unidos se va perdiendo porque los criadores comerciales han vendido el deporte debajo del río.

-Usted ha tenido bastante experiencia adquiriendo caballos en Sudamérica, aunque no corriendo allí. Nos recuerda algunos de ellos...
-Realmente no hemos disfrutado de mucho éxito con la importación de caballos de Sudamérica en años recientes. Antes de mi participación con el Team Valor, cuando era bloodstock agent en los años ‘70 y ‘80, competí con una potra en Sudamérica que ganó el Seleccion (G1) en La Plata e importé algunas otras para mí que ganaron carreras clásicas en Estados Unidos, como Dalsenda (Amateur). Jazzy también es argentina y está corriendo en estos momentos, aunque en su caso la adquirí en entrenamiento en Sudáfrica. Tengo un gran respeto por los caballos criados en sudamerica, pero hasta que conocí a Victor nunca había formado una relación con alguien que le diera tan buenos resultados a mi empresa.

-Por estos días, ¿cómo están considerados los caballos sudamericanos en los Estados Unidos?
-Excelente, porque tienen clase, sanidad y corren por períodos prolongados de tiempo. Compiten particularmente bien en el sur de California. Es cuestión de elegir el entrenador indicado para esa clase de caballos;si se toma esa decisión, los resultados son usualmente fantásticos. Por ejemplo, tengo un gran respeto por Goncalo Torrealba del Stud TNT, que ha sido capaz de lograr éxito; admiro la forma en que lo consiguió.

-Teniendo en cuenta su importancia dentro de la industria hípica de los Estados Unidos, ¿en qué momento se encuentra la actividad hoy?
-El negocio de los caballos de carrera se encuentra en un momento especial. Al mismo tiempo en que los criadores han producido mucho stock, el negocio se topó con una crisis mundial sin antecedentes. El último verano, en Saratoga, los mejores yearlings fueron vendidos por mucho dinero, pero en los meses siguientes los precios comenzaron a derrumbarse. Sólo anteayer, en la jornada de apertura de las ventas selectas de Saratoga, se renovó la esperanza de dar vuelta lo que venía pasando. La economía hípica en los Estados Unidos ha dado muestras de vida y el Sheikh Mohammed ha apoyado la venta de una manera especial. Mucha de la inversión en el negocio está hecha por gente que usa su dinero extra, no esencial. En los tiempos duros, estas personas dejan de gastar y se vuelven inertes. Esto va a tomar unos años de una oscilación ascendente en la economía para girar el negocio de los caballos, porque ya que generalmente es apoyado por no esenciales, estas sumas de dinero serán reinvertidas sólo cuando la economía general se haya recuperado totalmente.

-¿Es rentable el negocio?
-No actualmente. La mayoría de la gente está liquidando sus activos para quedarse a flote y muchos criadores subsisten con créditos bancarios que no creo puedan cubrir. Además, el número de usuarios finales (la gente que compra para correr) se achicó dramaticamente desde el verano pasado.
-¿Existen ideas para estar arriba en el medio de una crisis como la que sufrimos?
-La gente tiene que tener inventiva. Hay que reducir los tamaños de los emprendimientos, cortar los gastos y ser más inteligentes en el corto plazo; las estrategias de márketing son la llave. Los que sean capaces de venderle nieve a los esquimales, son los que probablemente más posibilidades tengan de sobrevivir.

-¿Cuál es su visión sobre el futuro?
-Antes de la crisis que nos azota, las carreras y la cría tuvieron un escollo grande debido a la sobreproducción, los exorbitantes costos de los servicios y los problemas de imagen con la hípica, como la utilización permanente de drogas que mejoran el rendimiento. La crisis estaba casi obligada a llegar. En el corto plazo pienso que vamos a perder algunos criadores y a algunas personas que les gustan las carreras. Pero también pienso que la crisis nos dará una parte positiva y es que el juego se encogerá hacia aquellos que sean más capaces de jugar. Los profesionales permanecerán y habrá más oportunidades para ellos. El fuerte siempre parece adaptarse y ajustarse al nuevo orden. En los Estados Unidos necesitamos menos caballos corriendo en menos hipódromos a través de menos días, de modo que el apetito de los jugadores y de los fanáticos del deporte alcance otra vez su punto máximo. Demasiadas carreras y demasiado aburrido y se convierte en un lugar común. Si las carreras pueden contraerse, tiene una posibilidad para hacerse otra vez especial. La amenaza más grande al juego es ahora que los gobiernos federales están quebrados y miran con buen ojo aspirar a los fondos generados por las apuestas en los Estados Unidos para generar dinero. Hasta que las cajas de los municipios sean otra vez fluídos, las carreras tendrán un tiempo de dificultad para mantener el dinero dentro del deporte.