Kiaran McLaughlin, con la experiencia a su favor

Él ya sabe cómo hacerlo y tienen muchas posibilidades de lograrlo otra vez. Es más, Dubai le sienta muy bien. Aquí fue donde comenzó la etapa más importante de su carrera, luego de trabajar como asistente de los entrenadores James Burchell, John Henning (a la postre, su suegro), Dave Kassen, Tim Muckler y, por último, el consagradísimo D. Wayne Lucas. En este país logró sus primeros títulos, siendo el mejor cuidador durante tres temporadas, lo que lo motivó y le dio confianza para regresar en 2003 a su suelo natal, donde continuaría elevando su prestigio hasta tocar el cielo con las manos junto al gran Invasor.

Nacido en noviembre de 1960 en Lexington (Kentucky), Kiaran McLaughlin libra una diaria y dura batalla contra una gran enfermedad (esclerosis múltiple) que lo obliga a ser inyectado cada día para combatir sus efectos. Así y todo, se lo ve sonriente y despreocupado, inclusive en las horas previas a la Dubai World Cup (G.I) en la que tendrá la responsabilidad de presentar a Albertus Maximus, para la mayoría el favorito de la carrera.

“Tengan la seguridad de que él es el caballo a vencer”, responde sin titubear al ser consultado sobre cómo llega su pupilo a la magna competencia. Eso sí, sin esconder sus dudas acerca del rendimiento que puede llegar a tener el hijo de Albert The Great a lo largo de los dos kilómetros, una distancia en la que no compite desde agosto de 2007 cuando fracasara por completo en el Pacific Classic (G.II): “No puedo negar que los 2.000 metros me preocupan, pero está entrenando muy bien, como si se tratara de un súper atleta y por eso confío en que pueda correr fuerte hasta el final”.

En cuanto a los adversarios y al posible trámite inicial de la DWC, McLaughlin sostuvo: “Respeto a todos los rivales, siempre lo hago, pero creo que el más peligroso es Asiatic Boy. Es un muy buen caballo. Por algo llegó segundo en esta carrera el año pasado. Además viene de ganar muy bien. No será sencillo derrotarlo. Nuestro plan es correr cerca de la punta, no muy lejos de Well Armed que seguramente vendrá adelante. Tuvimos suerte en el sorteo de gateras y tendremos un buen lugar por fuera para venir controlando todo lo que hagan los que vengan adentro”.

Como invasor, “Albertus” defiende los colores del Shadwell Stables, propiedad del jeque Hamdan bin Rashid Al Maktoum: “Me encanta trabajar para él. Me ha dado su apoyo desde 1993 y ojalá pueda regalarle otra gran noche, al igual que lo hice con Invasor”. Más allá de su optimismo y la confianza que demuestra tener en el caballo que le puede dar su segundo triunfo en esta prueba, McLauglhin reconoce que su actual carta de triunfo no puede ser comparada con el estupendo hijo de Candy Stripes: “Invasor fue un gran caballo, sólo perdió una vez. Definitivamente fue un ‘Clase A’. Albertus Maximus por ahora no está a su nivel. Recién podríamos empezar a compararlos si dentro de un año estamos de regreso con él para ganar nuevamente esta carrera. Por ahora Invasor está en un plano muy superior”, terminó admitiendo.