El caballo nacido en Brasil y con campaña en Uruguay peleó por la punta desde el comienzo y en el final ningún rival le aguantó el ritmo
MONTEVIDEO.- Todavía deben estar dando vuelta a la pista de Maroñas en el auto descapotable el jockey José Silva, el entrenador Ubal Migues y el propietario del stud Las Armas. No paraban de levantar la copa y recibir el aplauso del público mientras eran paseados anoche delante de las tribunas. En la escena faltaba sólo Relento, el caballo que nació en Brasil, viajó a esta ciudad de destete, junto con su madre, Little Colony, y minutos antes había generado tantos festejos con su notable victoria en el Gran Premio José Pedro Ramírez (G 1-2400 m).
Se tenía merecida la ducha que su peón le ofrecía en la veterinaria. Ya había sido el blanco del tributo de la gente durante los últimos 300 metros de carrera, mientras se desprendía del asedio de Potri Locatario. Ya nadie dudaba de su triunfo y se lo hicieron saber dejando rojas sus palmas. Y la escena se repitió poco después, ya cuando una corona de laureles separaba su pescuezo de las piernas de su jinete. Después llegaría el momento de la foto, de una postal que vale más que los ocho triunfos seguidos que llevaba hasta ayer Relento. Ahora son nueve las conquistas en fila.
El valor de su éxito no sólo se mide por los tres cuerpos que lo separaron de su escolta, Bucaneer, otro caballo brasileño de nacimiento. Fue más contundente que eso, porque no especuló en ningún momento, se puso la carrera al anca y fue quitándose de encima a cada uno de los que intentó disputarle el liderazgo. Otros dos rivales habían quedado en el camino durante la tarde: Molinillo, al detectársele temperatura, y el intenso calor que acompañó gran parte de la jornada. Si era necesario demostrar por qué era el favorito, difícil expresarlo de otro modo.
Otros gestos también hablan. Good Report se plantó a la salida de la redonda y durante medio minuto se quedó mirando hacia los partidores. Jorge Ricardo, su jinete, le corrigió el camino cuando quiso ir hacia el lado opuesto. Acaso estaba dando una señal el zaino, porque no resistió demasiado en competencia. Faltaba toda la recta aún cuando el jockey ya dejó de exigirlo y llegó al disco caminando, con una herida sangrante en la mano derecha, en ese vaso que se había rajado la semana anterior y del que no logró recuperarse por completo. El ritmo de competencia no lo perdonó.
Un año atrás, Relento y Bucaneer también habían sido animadores del Ramírez, pero en el final quedaron con papeles secundarios. Un contraste que también vivió José Silva, el piloto, que doce meses atrás todavía era aprendiz y soñaba con poder ganar un día en este gran premio. Ya lo logró. Ahora sabe cómo empieza y cómo termina la fiesta del 6 de enero en el hipódromo de Barrio Ituzaingó, allí donde ayer también brillaron los brasileños Adiacent, en el Maroñas (G 2-1000 m), y Alcorano, en el Pedro Piñeyrúa (G 1-1600 m), más la potranca Essa Fragancia, en el Ciudad de Montevideo (G 1-2000 m).
Foto: Gentileza Maroñas
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