Fuego e Hierro se dedicó a marcar a Life of Victory y lo superó sin discusión (La Nación)

Esa fue la estrategia que llevó adelante Edwin Talaverano, que ha ganado las dos que corrió con el caballo del Stud Alfa

Por carlos delfino
LA NACION

Fuego e Hierro ganó más que un gran premio ayer en San Isidro. Su victoria en el Internacional 25 de Mayo (G 1-2400 metros) fue un trabajo de laboratorio en una carrera plagada de matices, con un desarrollo que se vivió como una partida de ajedrez, pero sobre un césped alto y pesado en el que no era sencillo transitar con el viento de frente en la recta.
En ese terreno, tres alazanes se adueñaron del protagonismo de principio a fin. Brave Halo intentó hacer su juego adelante de la mano de Eduardo Ortega Pavón, corriendo tan lento como podía para llegar al derecho con las energías intactas. Life of Victory se convirtió en un improvisado escolta, con Adrián Giannetti dejándose llevar por el andar del campeón de 2008. Fuego e Hierro respondió pronto a la necesidad de Edwin Talaverano, cuya estrategia de seguirle los pasos al anterior la revelaría luego, con el trofeo en sus manos.
"Se hizo un trámite lento, pero nunca pensé ir a la punta. Mi plan era marcar de cerca a Life of Victory", aseguró el jinete peruano, que sigue acumulando éxitos importantes. "Todos los grandes premios son especiales y esta vez tenía un plus porque al hipódromo vino muchísima gente", agregó, con la misma serenidad con que su caballo hizo diferencias en el final sobre su escolta, Life of Victory, que terminó a dos cuerpos, marcando igual distancia respecto del tercero, Brave Halo. Los tres cambiaron de ritmo al pisar el derecho y se jugaron a fondo, ganándose el reconocimiento del público, que gritaba y aplaudía con la misma fuerza con que luego sonarían las guitarras que acompañaban al Chaqueño Palavecino.
Esa fue la otra parte del show, al caer la noche. Para entonces ya se hablaba de que Talaverano había ganado el 25 de Mayo por segundo año consecutivo, luego de vencer con Escamonda en 2009. También se coincidía en lo mucho que tiene por ofrecer aún Fuego e Hierro y en lo grande que es el corazón de Life of Victory, que al borde de los 8 años sigue corriendo como un campeón.

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