Ciencia exacta o casualidad, ésa no debe ser la cuestión

Por Gustavo S. Gonzalez
LA NACION

Hace un mes, mientras mostraba a Giant's Causeway en Ashford (foto), la estación de montas de Kentucky donde permaneció este año tras dos temporadas en la Argentina, en La Mission, Adrian Wallace, uno de los responsables de ventas de la firma de origen irlandés, reflexionaba: "Sus hijos corren en todas las distancias, pero andan mejor en la milla y más. Ojalá en la Argentina puedan esperarlos".

La frase encerraba una esperanza, más que un deseo. Así como en el exterior los entrenadores empiezan de cero, cuando reciben un caballo argentino, desoyendo la información que les ofrecen sus pares desde aquí, no parece existir en nuestro medio mucho apego a adoptar lo que ya se conoce sobre la producción de un padrillo que sirve en ambos hemisferios.

En turf se dice que dos más dos no siempre da cuatro. Va una anécdota fresca al respecto: en el almuerzo que Juan Carlos Bagó ofreció en la división Villa Elisa de Firmamento, se manifestaba extrañado por la presencia de hijos de Peintre Celebre en las carreras sobre 800 metros. Luego, uno de ellos, Farsante Celebre, ganó en La Plata. Todos los que coincidimos con el criador en aquella aprensión supimos que una vez más el cálculo hípico tiene resultados imprevisibles.

Y mientras se degustaba el primer asado que hacía allí el chef de la casa, Sebastián (una delicia gourmet), Bagó se preguntaba si se podría organizar un seminario o encuentro de entrenadores, con participación de profesionales extranjeros, para que haya un flujo de información de ida y vuelta.

Si los recientes triunfos de caballos brasileños en el Pellegrini y el Dardo Rocha hicieron mella en algún espíritu chauvinista sería reducirlos a un dato más, en lugar de tomarlos como referencias. Juan Carlos Echeverz, integrante de la comisión de carreras de San Isidro, está preparando un programa que prevé el aumento de distancias de algunos clásicos. Es un paso para prestarle atención.

Nadie duda de la calidad de los sangre pura que se crían en este país y del esfuerzo y la inversión que supone traer los mejores reproductores, como fue el caso de Giant's Causeway, líder en los Estados Unidos. Pero la esperanza de que surja un buen ejemplar de la milla para arriba no debe estar atada al azar o a la casualidad. Mejor sería que fuera la consecuencia de una tarea en la que cada eslabón tenga las herramientas como para saber qué puede pasar, dentro de lo posible. Y no aferrarse sólo a latiguillos como aquel de la ciencia no exacta.

ggonzalez@lanacion.com.ar