Una victoria que cierra el círculo para un amor (Turfdiario)

José Renato Cruz e Tucci, propietario de Xin Xu Lin ya sueña con el Latinoamericano de marzo próximo

Con una mano sostiene el trofeo, el más importante de Améica, el del Gran Premio Carlos Pellegrini (G1), y con la otra intenta seguir bajo los códigos de la elegancia, ese que parece perdido entre tantos abrazos y la lluvia del champagne. José Renato Cruz e Tucci, el propietario de Xin Xu Ling, se nota, está en el momento más feliz desde que se acercó a los caballos de carrera, una cuestión que según el mismo define, es “un amor de toda la vida”.
Pero, también es sabido, hay amores que no son correspondidos, y en cuanto al turf, se sabe que hay carreras que pueden ser esquivas pese a perseguirse toda la vida. Así también lo entendió el patrón paulista en referencia a esta travesía de llegar a San Isidro con un gran caballo y de cara a una gran carrera. “No tuve tiempo de pensar que iba a hacer si ganábamos, porque uno puede tener mucha fe y la conciencia tranquila de hacer todo como mandan los motivos, pero ganar siempre es un resultado muy difícil”, reflexionó antes de sumergirse absolutamente en las sensaciones que generó el hijo de Wondertross.
“No sé quien pensó que obligatoriamente íbamos a correr en punta, pero creo que esa creencia nos jugó a favor. Cuando el caballo se ubicó tan natural al frente de la competencia y lo vi tan relajado con el correr de los metros, sabía que en la meta nos estaba esperando algo bueno. En los metros finales intenté ser algo cauto, pero el resto del equipo me contagió para festejar anticipadamente cuando se desprendió del resto”, enumeró antes de recibir la enésima felicitación en pocos minutos, como si fuese un local, porque así de grande fue la comitiva brasilera que se acercó al pasto del Norte.
El nieto materno de Pleasant Variety llegó a su box a mediados de la última temporada. A partir de ahí empezó el sueño de Tucci, no obstante los pies en la tierra. “El trainer (Estanislau Petrochinski) nos comentó sobre un caballo especial desde los primeros días, pero había que verlo cristalizado en la pista. Con el correr de las participaciones esa impresión inicial fue llegando a un punto tan alto que tomamos la decisión de viajar hasta Argentina por el gran premio. Fue una historia con final feliz”.
Pero para las sedas que llevan su nombre tal vez sea el primer capítulo de un tramo glorioso en nuestro país. “Ahora se va a quedar y, en manos de José Alves, vamos a preparar el Gran Premio Latinoamericano (G1) de 2011 en esta cancha. Esperemos que la alegría continúe”, enfatizó Tucci, al mismo tiempo que consultado por el descenso en la distancia (de 2400 a los dos kilómetros del Latino) exclamó lo que bien podría ser considerado un presagio en el horizonte de Xin Xu Ling: “Es tan buen equino que, a pesar de haber triunfado excelente en la larga distancia, es un extraordinario millero, por lo que el recorte le vendrá aún mejor”, alegó.
Asimismo, en tiempos donde los valores son tentados al extremo por el tenor del dinero, el titular confirmó que ya hubo ofertas por su luminaria predilecta y confesó que una nueva llamada telefónica lo pondría en “una situación incomoda”. “Veremos. Las ideas siempre son ideas, hasta que surgen los imprevistos. No puedo asegurar nada más a excepción de que estoy muy feliz”, remató para encomendarse a la carroza de los vencedores, el transporte que ante una multitud lo resalta por sobre el resto con todas las de la ley.

Sebastián Heredia