Al igual que el entrenador, el jockey uruguayo destaca lo bien que el caballo tomó el vareo hacia la mano contraria
A Pablo Falero, Chile le trae a la mente felicidad y palabras de agradecimiento. En consecuencia, que el Club Hípico de Santiago sea la sede para la edición 2010 del Gran Premio Asociación Latinoamericana de Jockey Clubes e Hipódromos (G1), no es un dato menor. “Es un honor para mi poder regresar a Chile. Siempre me tratan muy bien y soy reconocido por mi trabajo”, afirma el látigo oriental en la introducción de la charla.
Pero todos los caminos desembocan hacia Calidoscopio, el único representante argentino para el evento continental. La primera reflexión que suelta el jinete nacido en Colonia, Uruguay, tiene que ver con las características nuevas en la preparación para el hijo de Luhuk, que le recuerda inmediatamente a Prince Boy (Red Wing Prince), su compromiso de monta en 1995 en el mismo escenario. “Tenía un carácter difícil, pero fue una experiencia muy buena en el training. Y ahora puedo repetirlo, aunque bajo circunstancias diferentes. Calidoscopio es muy manso y desde el principio se adaptó a la nueva modalidad”.
Y de lleno en el nieto paterno de Lefty, Falero tiene palabras de confianza para esta empresa: “No tuvo problemas en el vareo, como tampoco en los trabajos: dobla el codo muy bien y hace los cambios de mano a tiempo. Además, yo lo veo mucho mejor, más caballo, en mejor forma”, resume para realzar la propuesta hacia una buena performance.
No obstante, el jockey oficial del Haras Vacación entiende la dificultad de esta marquesina. “La carrera es brava, pero él me gusta para que corra muy bien. Como te dije: anda bárbaro y me tiene muy entusiasmado. Posiblemente el desarrollo se haga movido, algo que nos beneficiará para ganar posiciones en el final. Además, es una recta larga y sin tanto repecho como la de San Isidro”, analiza en cuanto al horizonte.
Sebastián Heredia
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