Los más castigados fueron Santa María de Araras, donde inclusive hubo que lamentar la muerte de cuatro trabajadores, además del centro del Valle de Cuiabá, con importantes perdidas de animales. Los haras Anderson, Buena Esperanza y Estrella Energía se sumaron también a los severamente castigados.
A Nacho Pavlovsky se le hace un nudo en la garganta cuando se toca el tema. Pavlovsky prácticamente vio nacer a Santa María de Araras, la cabaña de Julio Bozano que es orgullo de Brasil y del mundo hípico.
Para tener una ida aproximada de cómo fue afectado ese y otros centros de entrenamientos, conviene atender el tipo de verbo con el que habla el manager cuando dice que allí, en Teresópolis, "a 800 metros de altura los caballos no sufrían del calor, había una buena pista". Todo en tiempo pasado.
Directo también fue el entrenador Roberto Morgado Jr. Dijo: "Araras quedó destruido. El centro de entrenamiento se acabó. Todas las instalaciones fueron inundadas por el río que cruza el centro de entrenamiento. Gracias a Dios que estamos vivos".
Nacho Pavlosvky contó que todos los caballos que Bozano tenía allí fueron trasladados al stud que posee en Gavea y otros a Mondesir, que no fue afectado. "Había caballos que pasaron largo tiempo con el agua hasta la panza. Fue un horror"
Las perdidas son millonarias y lo peor es que puede pasar de nuevo", apuntó.
Mientras tanto, el Jockey Club Brasileño, como su par de San Pablo y la cadena de entidades que integran el turf del país vecino, comenzaron a organizar campañas para obtener donaciones que puedan contribuir a paliar, al menos mínimamente, el dolor de los municipios dañados.
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