La rodada que le quitó brillo al inicio de Del Mar

(José M. Nelson, para turfdiario.com)

La apertura del mitín número 70 en el Hipódromo de Del Mar hubiera sido a todas luces brillante. Sin embargo, la grave rodada sufrida por Rafael Bejarano a bordo del caballo argentino Mi Rey (Louis Quatorze) en la tercera carrera, obliga a utilizar el “hubiera”.

Realmente fue espectacular el golpe del jockey peruano, que empañó una tarde que lo tuvo todo para ser estupenda.
Nada menos que una presencia récord de 44.907 espectadores dio marco a una tarde ideal, donde se disfrutaron los altos de nuestro querido deporte y se sufrieron los bajos tan típicos que también son moneda corriente.

La recaudación total a lo largo de las diez carreras disputadas ayer en Del Mar ascendió a 13.182.915 dólares, un poco por debajo de los 13.956.989 que se alcanzaron un año atrás, con nueve competencias. Sin embargo, teniendo en cuenta el contexto general de crisis que atraviesa la hípica en los Estados Unidos, los números no son malos.

En lo que respecta a Bejarano, uno de los jinetes líderes en este país, sufrió múltiples fracturas en su rostro a raíz de la caída. De acuerdo al Dr. Philip Sanderson, el hombre que le prestó los primeros auxilios en la pista, las placas tomadas al paciente evidenciaron fracturas en la mandíbula, nariz y en la zona orbital.

El accidente se produjo cuando Mi Rey se lesionó y lo desmontó. Al caer, da la impresión de que otro de los participantes golpea a Bejarano. El profesional también sufrió lesiones en el área de su hombre izquierdo. Mayores estudios se le realizarían en el Scripss Hospital, en La Jolla, donde fue trasladado.
Siempre de acuerdo a Sanderson, Bejarano quedaría internado en observación y tampoco descartó la posibilidad de que se le tuviera que realizar alguna intervención quirúrgica para reparar las fracturas en su rostro.
Bejarano se puso de pie tras el golpe, pero al arribar los médicos le pidieron que se recostara en la pista, se le colocó un collar de filadelphia y una máscara de oxígeno por precaución. El jockey movía perfectamente manos y piernas.

Peor suerte corrió aún Mi Rey, que debió ser sacrificado por haberse fracturado la mano derecha. Criado en el Haras La Quebrada, estaba cumpliendo la actuación número treinta y siete de su campaña, habiendo ganado en diez ocasiones y recolectado premios por 200.332 dólares.